Beato Andrés Jacinto Longhin
- Nombre
- Andrés (Masculino)
- Celebran
-
Los Andrés suelen celebrar el 30-nov:
San Andrés apóstol - Otros santos
- Otros santos con nombre Andrés
- San Andrés apóstol
- San Andrés Avelino
- San Andrés Bobola
- San Andrés Calibita
- San Andrés Chong Hwagyong
- San Andrés Corsini
- San Andrés de Cilicia y compañeros
- San Andrés de Creta
- San Andrés de Florencia
- San Andrés Fournet
- San Andrés Huberto Fournet
- San Andrés Kaggwa
- San Andrés Kim Taegön y compañeros
- San Andrés Nguyên Kim Thông Nam
- San Andrés Tran Van Trông
- Santos Andrés Dung Lac y compañeros
- Beato Andrés Abellón
- Beato Andrés Bessette
- Beato Andrés Caccioli
- Beato Andrés Carlos Ferrari
- Beato Andrés Corsino M. Solé Rovira
- Beato Andrés de Montereale
- Beato Andrés de Peschiera Grego
- Beato Andrés de Phû Yên
- Beato Andrés de Segni
- Beato Andrés Dotti
- Beato Andrés Fardeau
- Beato Andrés Franchi
- Beato Andrés Gallerani
- Beato Andrés Gómez Sáez
- Beato Andrés Hibernón
- Beato Andrés Iscak
- Beato Andrés Jiménez Galera
- Beato Andrés Majadas Málaga
- En el mundo
- Jacinto Buenaventura Longhin
- Nació
- 23 de noviembre de 1863 en Fiumicello di Campodarsego, en el actual Italia
- Falleció
- 26 de junio de 1936 en Treviso, en el actual Italia
- Proceso
-
- Beatificadoel 20 de octubre de 2002 por Juan Pablo II
- Celebración
- 26 de junio
Vida de Beato Andrés Jacinto Longhin
Nació el 23 de noviembre de 1863 en Fiumicello di Campodarsego, provincia y diócesis de Padua (Italia), en una familia de campesinos pobres y muy religiosos. Al día siguiente fue bautizado con los nombres de Jacinto Buenaventura. Muy pronto manifestó su vocación al sacerdocio y a la vida religiosa. A los 16 años ingresó en el noviciado de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, con el nombre de Andrés de Campodarsego. Después de realizar sus estudios humanísticos en Padua y los teológicos en Venecia, fue ordenado sacerdote, a los 23 años, el 19 de junio de 1886.
Durante dieciocho años desempeñó los cargos de director espiritual y profesor de los religiosos jóvenes, mostrándose guía segura y maestro sabio. En 1902 fue elegido ministro provincial de los capuchinos de Venecia, cuyo patriarca, Giuseppe Sarto -futuro Papa san Pío X- lo comprometió en la predicación y en múltiples ministerios dentro de la diócesis.
El 13 de abril de 1904, Pío X, Sumo Pontífice desde hacía pocos meses, lo nombró personalmente obispo de Treviso y quiso que fuera consagrado en Roma por el cardenal Merry del Val.
Monseñor Andrés tomó posesión de la diócesis el 6 de agosto sucesivo. Al año siguiente inició su primera visita pastoral, que duró casi un lustro: quería conocer bien su diócesis, una de las más vastas y pobladas de la región, entablar un contacto personal especialmente con su clero y con el laicado organizado. Concluyó la visita con la celebración del Sínodo, para aplicar las reformas puestas en marcha por el Santo Padre.
Reformó el seminario diocesano, elevando la calidad de los estudios y cuidando con esmero la formación espiritual. Promovió los ejercicios espirituales de los sacerdotes y les trazó un programa de formación permanente.
Cuando estalló la primera guerra mundial, Treviso se encontró en la línea del frente. Sufrió invasiones y bombardeos aéreos que destruyeron la ciudad y más de cincuenta parroquias. Monseñor Longhin permaneció en su puesto, incluso cuando las autoridades civiles se fueron, y quiso que también sus sacerdotes se quedaran para atender a los fieles. Impulsó la asistencia a los soldados, a los enfermos y a los pobres.
En los años duros de la reconstrucción material y espiritual, reanudó la segunda visita pastoral, que había interrumpido por causa de la guerra. En medio de graves tensiones sociales, con fortaleza evangélica indicó que la justicia y la paz social exigían el camino estrecho de la no violencia y de la unión de los católicos.
De 1926 a 1934 realizó su tercera visita pastoral para fortalecer la fe de la comunidad diocesana. El Papa Pío XI lo nombró visitador apostólico, primero en Padua, luego en Údine, para devolver la paz a esas diócesis afectadas por el enfrentamiento del clero con el obispo.
Su obra de reforma le procuró muchas cruces y sufrimientos, tanto de parte del clero que no estaba dispuesto a seguirlo por el camino de la renovación como de numerosos laicos. Sufrió la oposición del fascismo, que prefirió vengarse en los sacerdotes y los laicos organizados, causando a monseñor Longhin un dolor más profundo que si lo hubieran herido a él personalmente. Nunca cedió ni a la violencia ni a los halagos.
Dios quiso purificarlo con una enfermedad que lo privó progresivamente de las facultades mentales y que sobrellevó con extraordinaria fe y total abandono a la voluntad divina. Murió el 26 de junio de 1936.
Ya en vida tenía fama de santidad por su heroica caridad y por su sabia prudencia evangélica. La espiritualidad franciscana, con el rigor de la Orden capuchina, guió siempre a monseñor Longhin por el camino de una vida ascética, exigente y fidelísima -oración y penitencia-; de una obediencia "religiosa" a la Iglesia; de una pobreza como libertad con respecto a todas las cosas del mundo; y sobre todo de una caridad generosa y abnegada.