- Nombre
- Miguel (Masculino)
- Significado
- Quién como Dios, de origen Hebreo
- Celebran
-
Los Miguel suelen celebrar el 29-sep:
San Miguel Arcángel - Otros santos
- Otros santos con nombre Miguel
- San Miguel de la Mora
- San Miguel de los Santos
- San Miguel de Sinada
- San Miguel Febres Cordero
- San Miguel Garicoïts
- San Miguel Ho Dihn Hy
- Beato Miguel Agustín Pro
- Beato Miguel Beato Sánchez
- Beato Miguel Bernardo Marchand
- Beato Miguel Cerezal Calvo
- Beato Miguel Czartoryski
- Beato Miguel de Jesús
- Beato Miguel Díaz Sánchez
- Beato Miguel Domingo Cendra
- Beato Miguel Ireneo
- Beato Miguel Iturraran Laucirica
- Beato Miguel Kozal
- Beato Miguel Lasaga Carazo
- Beato Miguel Léibar Garay
- Beato Miguel Ludovico Brulard
- Beato Miguel Menéndez García
- Beato Miguel Molina de la Torre
- Beato Miguel Nakasima
- Beato Miguel Ozieblowski
- Beato Miguel Peiró Victori
- Beato Miguel Piaszczynski
- Beato Miguel Pío Fasoli da Zerbo
- Beato Miguel Rodríguez González
- Beato Miguel Rúa
- Beato Miguel Sanrromán Fernández
- Beato Miguel Wozniak
- Beato Miguel Zarragúa Iturriaga
- Beatos Miguel Ruedas Megías y seis compañeros
- San Miguel Arcángel
- Falleció
- en el actual Rusia
- Celebración
- 22 de noviembre
Vida de San Miguel de Tver
Su tío se llamaba san Alejandro Nevski. Era un padre de familia generoso y muy comprometido con todos los asuntos referentes a la religión cristiana.
Tuvo cuatro chicos y cuatro chicas. A todos los educó en una auténtica formación espiritual.
Tuvo que intervenir con dureza para que su pueblo no cayese bajo la invasión de los Tártaros, sostenidos y apoyados en su tiempo por los mismos príncipes moscovitas.
A todo aquel que no siguiera las instrucciones de los Tártaros, se les obligaba a llevar amuletos que indicaran su confesión y su conformidad con los dioses paganos.
Al que no lo hacía le tildaban de traidor y era expuesto a la risa y vergüenza públicas.
Tenían que llevar los estandartes del jefe de los Tártaros. Aquél que no los llevase era considerado traidor a la patria. Por cantar la gloria del Dios desconocido a quien adoraban los cristianos.
Entonces hicieron lo fácil: se lo entregaron al príncipe de los moscovitas, que se llamaba Georges Danielocitch.
Este príncipe tenía tan malas entrañas que no pensaba nada más que en acabar con ellos y con él.
Lleno de desesperación por la valentía que demostraban los cristianos y Miguel a su cabeza, se enfadó tanto que ordenó que todos fueran llevados a la muerte sin más juicio. Los esbirros los asesinaron con sus espadas. Murió en el año 1318.